Se presentaban los octavos de final de la Copa del Rey, ante el Athletic, como un mero paso en el camino que lleva a la Liga, ante Osasuna, pero todo resultado cuenta en el fútbol y consciente de ello Garrido plantó un once competitivo y atrevido para este partido de ida. El centro del campo era de puro toque con Nono, Verdú y Salva. La delantera era rápido, Chuli, Cedrick y Rubén. Atrás, rotaba y le daba la oportunidad a Caro custodiaba la meta de Andersen junto a Jordi, Nacho y Juanfran. Pero en frente estaba el Athletic y su fútbol. Los leones se hacían con la posesión y con las mayores acciones de peligro del partido. Sobre todo a balón parado donde vinieron las más claras. Ya en el minuto dos tenían dos saques de esquinas que hacían emplearse a fondo a Andersen. Sobrio y contundente en todas sus acciones el meta danés. El centro del campo era rojiblanco y sus aperturas a bandas creaban peligro, pero el Real Betis capeaba el temporal y soportaba la superioridad en posesión de los visitantes. Y en algunas ocasiones se estiraba. Pero el Athletic colocaba mucho empuje y a poco que Kike Sola hubiera estado acertado el conjunto vasco se hubiera adelantado en el marcador. No lo hizo ni a centro de Ibai, ni a centro de Susaeta y el Betis asustó. Rubén se inventó una jugada, regateó a Herrerín y cedió a Cedrick que, a puerta vacía, falló. Eso hizo crecer la moral verdiblanca y en los minutos finales se sacudió la presión tanto que tuvo premio. En el 41' Juanfran corría la banda y su centro medido a la cabeza de Rubén no lo desaprovechaba el canario. Cresta al cielo de Heliópolis y uno a cero al descanso. Necesitaba tanto este gol Rubén como el Betis, para este partido y para los siguientes.

Los goles dan confianza y el Betis salió lanzando en la segunda mitad. Un tiro de Rubén se estrellaba en la pierna de San José y uno de Chuli, tras una buena jugada de Cedrick con pase de la muerte incluido, pegaba en la espalda del canario y evitaba el segundo. Respondía el Athletic pero Nacho evitaba que Susaeta rematase sólo. Tras estas acciones, el partido transcurrió por los mismo derroteros que en la primera. Posesión para el Athletic y el Betis esperando. El arma más peligrosa para los vasco no surtía efecto pero si inquietaba. Dos saques de esquina volvían a llevar mucho miedo a la grada y a la meta del danés. Pero las más claras de los visitantes de nuevo tuvieron la firma de Kike Sola que no supo resolver un mano a mano y a la siguiente acción, la cruzó demasiado cuando se encontraba totalmente solo. Previamente, Valverde había movido el banco y saltaban Munían y Ander por Mikel y Susaeta. Molina hacia lo propio por Cedrick. Cambios pero misma dinámica de partido. Una buena triangulación que finalizaba con tiro de Chuli, daba también con el físico del delantero que era sustituido por Lolo Reyes. Con la entrada del chileno Garrido cambió el sistema. Lolo, Nono y Verdú se colocaban en la medular y Salva y Rubén en las bandas con Molina de ariete. Los de Valverde bajaron algo el pistón y el Betis mejoraba en su posicionamiento. Se acercaban los minutos finales y Abeledo debutaba por Salva Sevilla. Ese periodo de partido, grada y equipo palpaban la necesidad de una victoria y ambos empezaron a apretar. Pero los leones también y Kike Sola una vez más falló con un tiro que daba en el palo cuando su banquillo cantaba otra cosa. También daba en el palo San José, pero en este caso en su propia portería, y de esa forma acababa un partido de ida que le otorgaba al conjunto verdiblanco el oxígeno, la moral y la energía para encarar lo verdaderamente importante, el domingo a las 17:00 horas contra CA Osasuna.