"Creo que soy mejor central ahora que cuando llegué", señala Bruno
630 minutos en 7 jornadas de Liga. O lo que es lo mismo, participación plena en el tramo de campeonato completado hasta la fecha. Haciendo referencia a un debutante en la máxima categoría del fútbol nacional, los datos cobran mayor relevancia. En cualquier caso, nadie diría que Bruno González esté estrenándose en Primera División. El defensa de Las Galletas, indiscutible en el eje de la zaga desde que comenzara el torneo liguero, se ha convertido en uno de los protagonistas de la buena marcha bética en la Liga BBVA gracias a su gran rendimiento, unas destacadas actuaciones que le han llevado a pulverizar en tiempo récord el proceso de adaptación que lleva aparejado el salto de Segunda División a Primera. Bruno valoraba su fantástico nivel individual en la segunda parte de la entrevista mantenida con los medios oficiales.
En la fortaleza defensiva del equipo, está usted jugando un papel fundamental. Me debo a este Club, estoy muy contento en la ciudad y con todos los compañeros y el cuerpo técnico. Estoy muy bien en todo, eso se refleja luego en el campo. Creo que soy mejor ahora que cuando llegué, gracias a estar cómodo y en un sitio donde te sientes querido.
Cualquiera diría que está debutando en Primera División. -Risas-. Llevo solo siete partidos, ojalá que puedan ser muchos más con el Real Betis y que todos estemos contentos por ello.
Le preguntaba antes por el margen de mejora del equipo. ¿Y el de Bruno? Siempre soy ambicioso. Me considero joven, igual no tanto en la edad, que tengo 25 ya. He empezado un poco tarde en el fútbol profesional. Por suerte, el míster siempre está conmigo, corrigiéndome en los errores que más suelo cometer y haciendo hincapié en los fallos que me ve. Luego tengo compañeros al lado que tienen experiencia y son muy buenos. No me pongo techo ninguno, puedo mejorar mucho en todas las facetas del juego. Para eso trabajo día a día, el día que no tenga esa motivación por mejorar, probablemente me quede en casa.
Con Westermann, el entendimiento es total. Forman una dupla muy segura. Ya le he dicho que aprenda español un poco más, porque a veces en inglés se complica un poco –risas-. En el campo hablamos todos el mismo idioma, estoy muy cómodo con él al igual que con los otros compañeros en los entrenamientos. Hay un nivel muy parejo en la plantilla, se está viendo en el campo. Westermann tiene mucha experiencia y empaque, me transmite mucha seguridad. Yo intento aportar mis cosa y él las suyas, pero lo importante al final es que el equipo gane.
¿Se aprende al lado de un central con tanta experiencia? No solo de él que es central, también de los laterales, centrocampistas o cualquier compañero. El año pasado en Segunda División había jugadores con una barbaridad de partidos en Primera División. Eso te curte, yo venía del CD Tenerife, no sé si habría algún jugador que había jugado en Primera División, pero no era como aquí, era un equipo recién descendido con jugadores contrastados en Primera División. Si eres inteligente eso te vale para aprender de ellos en cada entrenamiento. Yo lo que hago es aportar mis cosas con mi juventud y mi hambre y luego intentar coger la experiencia de los compañeros.
Westermann entró por sanción de Pezzella y se mantuvo en la titularidad. Quien no rota es usted, lo ha jugado todo. Estoy contento por la confianza del míster, más allá de que juegue o no. El año pasado lo jugué todo desde que él llegó. Ascendimos como primeros que era lo importante. A final de Liga, se me comentó que iba a ser uno más este año y que trabajara para ganarme un sitio, eso es lo que hago siempre. Estoy teniendo la suerte de jugar y están saliendo las cosas en lo colectivo. Eso significa también que lo estoy haciendo bien en lo individual. Estoy agradecido al míster ya a los compañeros por poder ayudarme, me considero afortunado por estar estos siete partidos de titular.
Pezzella, Jordi Figueras o Tarek esperando su oportunidad. Relajarse puede ser un error fatal. Intento siempre aprender de todos. Ahora lo hago con Westermann, igual que lo hacía de Pezzella cuando empecé jugando a su lado. En los entrenamientos siempre estamos cambiando, todos tienen un potencial tremendo. Eso es lo bueno, una plantilla con once futbolistas no consigue objetivos. Eso es lo bueno, que están ahí apretando. Eso sirve para que uno no se duerma cuando juega. Ya me ha tocado vivirlo al revés y es tenerlo claro, apretar y estar a la altura cuando llegue tu oportunidad.
Llevamos tan solo siete jornadas de campeonato, pero hasta el momento, ¿qué delantero rival le ha sorprendido más o le ha resultado más complicado de marcar? En la Liga aún no, pero en pretemporada recuerdo que fue difícil parar a Felipe Caicedo del RCD Espanyol por su corpulencia. Me sorprendía que chocaba fuerte con él y no le movía. Muchas veces estás en el campo y no puedes fijarte en las virtudes de los delanteros, sino analizarlos para que no te hagan daño. Muchas veces los ves por televisión y luego sobre el campo, cuando hace dos o tres años los veía solo por televisión. Ahora estamos ahí, donde el Club merece, de donde nunca tenía que haberse marchado. Hay que aprovechar, trabajar y dejarme todo en el campo para seguir mejorando.
Hablamos en verano de la presión que iba a existir. Para combatirla, qué bien han venido los fichajes de jugadores con una dilatada carrera. Comenté la semana antes de ir al Estadio de Mestalla que éramos un recién ascendido, pero no como otro cualquiera sin faltarle al respeto a los otros equipos. Tenemos una masa social muy grande detrás, gente que quiere mucho a su Club. El Club sabía que tenía que traer jugadores con experiencia que no les temblara el pulso si se vivían momentos difíciles. Este grupo, los que estábamos del año pasado, demostró un empaque brutal cuando al principio las cosas no iban bien y se destituyó al primer entrenador. Todo era un poco convulso, el grupo dio un paso al frente y se centró en lo que tenía que hacer, ganar cada domingo. Los que han venido ayudan mucho, pero había el año pasado y hay esta temporada un bloque muy fuerte en lo mental.
Qué poco han tardado en adaptarse. Fuera del campo, se mantiene la unión de la temporada anterior. Eso es muy importante, igual o más que el rendimiento deportivo. El vestuario tiene que ser una piña. Obviamente, somos muchas personas y es lógico que pueda haber roces, cada uno es de su padre y de su madre. He ido a sitios nuevos cuando estoy solo y me gusta que me arropen, que me ayuden. Con los nuevos es casi siempre con los que mejor me llevo. Siempre que puedo, me los llevo a comer cuando están solos. En lo personal, todos los nuevos son espectaculares, creo que ha sido un acierto traerles.
Se le ve muy cómodo en la ciudad y en el Club. ¿Carrera de muchos años en Heliópolis? Sí, tengo todavía este año y otro más de contrato. Una de las cosas por las que vine aquí fue por estar en sitio estable. Sin haber estado en muchos equipos, había tenido muchos veranos convulsos sin poder disfrutar de vacaciones. Quería un proyecto estable en un sitio en el que me quisieran. Me encuentro como en mi casa o mejor. No pienso en otra cosa que no sea desconectar esta semana con la familia y la siguiente ya pensar en el partido, que va a ser muy complicado.
Por último, tiene que desvelar el secreto. ¿Quién pone esta temporada la música en el vestuario? -Risas-. Sigo, pero el nivel está un poco justo. A ver si voy a Canarias y consigo algo de material musical porque no estoy a la altura este año. Seguro que va a mejorar, les he dicho a los que más critican que este fin de semana que voy para allá voy a intentar traer algo nuevo para que la gente salga contenta a jugar.