Hace casi cuatro meses, Rafael Gordillo recibía una visita muy especial en el Mottram Hall Hotel, primer lugar donde el conjunto verdiblanco instaló su centro de operaciones durante la pretemporada que se ejecutó en tierras británicas. Peter Barnes, quien fuese compañero del mito verdiblanco en el Real Betis Balompié durante la campaña 1982-1983, se acercó a la localidad inglesa cuando conoció la noticia sobre la estancia del equipo bético en su país natal. El reencuentro después de 30 años deparó anécdotas y vivencias de todo tipo, así como intercambio de opiniones sobre el Betis actual. Este instante, uno de los más emotivos de la preparación veraniega, continuó en el día de ayer cuando Peter Barnes fue recibido en el antepalco del Estadio Benito Villamarín, con motivo de la disputa del partido ante el Fútbol Club Barcelona. El presidente Miguel Guillén, acompañado de Rafael Gordillo, hizo entrega de una camiseta impresa con su nombre al exfutbolista británico, así como el dorsal número 11 que lució en el citado curso, en el que disputó 22 partidos en la competición liguera. Barnes incidió en el enorme influjo que ejerció el Betis sobre su figura en temporada que militó por Heliópolis, en la que comprobó el enorme cariño de la afición verdiblanca, un apego que Barnes jamás olvidará.