Rumbo a Primera (5-1)

Rubén, por partida doble, Molina, Molinero y Rennella hacían los goles verdiblancos

Solo le queda un pasito al Real Betis para estar en Primera división. Un pasito que, si se dan los resultados en la siguiente jornada, puede ser en Santander. Contundente victoria la obtenida por el conjunto de Pepe Mel, cinco a uno, donde Rubén estableció su mejor marca como verdiblanco, 28 goles, Molinero se estrenaba esta temporada y donde lo pasó mal en la primera mitad con el juego del Lugo. El Betis se durmió en el primer acto pero sacó a relucir la pegada y el buen juego en la segunda mitad y resolvió la papeleta en 12 minutos.

 

Cuando dos equipos tienen entre sus preferencias gozar de la pelota, solo se podía esperar posesiones largas por ambas partes. Cierto es que el CD Lugo le ganó la partida al conjunto verdiblanco en la primera mitad, incluso con una presencia más cercana al área de Adán, pero la calidad y efectividad bética no tiene parangón en la categoría y sus dos ‘killers’ están en estado de gracia.

 

Un primer acto en el que lo más destacado fueron los goles porque aunque el juego era de toque, la espesura iba reinando sobre el verde. En especial el del Betis. No estaban acertados los de Heliópolis en las circulaciones de balón y hacía que los gallegos estuvieran muy cómodos. Aunque la situación placentera que vivían los visitantes se acabó de un plumazo. Más bien de un derechazo, el que impacto Rubén Castro con el esférico para marcar el primer tanto. En el minuto 12, N´Diaye robaba la bola y metía un pase en diagonal al canario. Hasta en dos ocasiones miró Rubén a su izquierda para ver si Molina se sumaba y podía dársela pero viendo que no había opciones, el canario armó la pierna y sacó un tiro que José Juan solo pudo ver cuando recogió el balón de la red.

 

El gol ponía aún más de manifiesto el dominio de balón del Lugo, pero solo eso. Los de Mel planteaban un encuentro a la contra que le era muy beneficioso porque la defensa capitaneada por Israel Puerto y Lolo Pavón dejaba espacios. Pero la ventaja se quedó en nada cuando Peña aprovechó una pelota, que no acertó a despejar la defensa, y estableció la igualada en el marcador. Jarro de agua fría que no sentaba nada bien pese al intenso calor que hacía en el Villamarín. Era la primera acción de peligro de los visitantes y acertaban de pleno. Después si hubo bastantes acciones de incertidumbre en el área del meta madrileño pero fueron solventadas.

 

Tras el gol del empate, el Real Betis entró en una fase en la que no sabía muy bien manejar la pelota. No acertaba en el ritmo que debía imprimirle y los movimientos no eran los idóneos. Tuvo jugadas para volver a ponerse por delante pero en una de ellas Molina estaba en fuera de juego y en la otra, Ceballos no centraba bien cuando pisaba la línea de fondo dentro del área. Cuando el juego no brilla, hay que sacar a relucir otros recursos y el balón parado es uno de ellos. No ha tenido demasiada eficacia en esta faceta el Betis a lo largo de la temporada pero en esta ocasión, y cuando más la necesitaba, surtió efecto. Varela colgaba un balón que tocaba N´Diaye y que Molina la colaba a puerta vacía. Solo restaban 6 minutos para el final de la primera parte y no hubo nada más que destacar.

 

La imagen iba a cambiar en la segunda parte y N´Diaye iba a seguir teniendo presencia en los goles verdiblancos. No en el primero. En este, Varela dibujó un buen pase a Rubén que remataba a la perfección pero se encontró a José Juan. El despeje del meta lo cogía Molina que se la dejaba de cara a Molinero para que pusiera el tercero. En los últimos encuentros, la aportación ofensiva del lateral estaba siendo constante y hoy ha tenido premio. No quería el Betis que le volviera a suceder lo de la primera parte y pronto se puso a hacer los deberes.

 

El ímpetu no se disolvió con el gol, fue a más. Molina falló una clara ocasión cuando lo tenía todo de su lado. Una jugada después volvió a tenerla sin fortuna. El Betis quería más y lo demostraba sobre el terreno de juego. Ya no existía el Lugo. Los verdiblancos encontraban en cada agujero un caudal de ataque que aprovechaban. Y ante tanta insistencia, el gol no se demoró. Otra vez, N´Diaye filtraba un último pase que Molina cedía a Rubén tras la salida del portero y el canario lo convertía en su 28 gol en Liga, el segundo de su cuenta particular y el cuarto del Betis. Rubén era ovacionado minutos más tarde cuando Mel lo cambió por Rennella.

 

Parecía que ambos equipos firmaban un pacto de no agresión porque la intensidad del juego bajó. El quinto gol del Betis, en el 45’, servía solo de premio para el delantero por su gran trabajo en la sombra y para redondear el marcador. Por cierto, buenísima asistencia de Cejudo. Gol anecdótico porque el Betis liquidaba el partido en 12 minutos y ponía su pensamiento en el choque ante el Racing de Santander donde, si se alinean los resultados, podría celebrar el ascenso matemáticamente.